No, nadie puede confirmarte al 100% si al final podrás celebrar tu boda en 2021 o si lo haces cómo será, pero lo que sí puede decirte es la actitud que has de mantener al respecto. Y te digo más, esto sí que no solo te lo digo solo yo, sino que lo hace Anais, una de las novias que tuvieron la suerte de casarse el año pasado, concretamente a comienzos de diciembre. Conocí a esta novia tan especial hace casi dos años en un evento, cuando todavía no tenía ni en mente dar el gran paso, pero comenzamos a seguirnos en redes y desde entonces hemos estado más o menos en contacto.
Tras ver el clima de pesimismo mezclado con realidad que se ha afincado tras las Navidades, me pareció una genial idea entrevistar a una chica que se hubiera casado durante la pandemia para insuflar ánimo a todas las novias que tenéis en mente celebrar vuestra boda en 2021. Por suerte, Anais accedió encantada a responder mis preguntas y yo quiero contaros su experiencia. Así que, sin más dilación, ¡vamos!
Entrevista: de novia a novia. Cómo celebrar tu boda en 2021 y no morir en el intento
A continuación puedes ver la charla que hemos tenido vía correo Anais y yo estos días. Quise centrar la conversación en torno a sus emociones y las de su pareja durante los preparativos, los momentos decisivos y el resultado de estos.
Los primeros momentos
- CUÉNTAME UN POQUITO DE LO QUE EN UN PRINCIPIO IBA A SER TU BODA
Nos prometimos en diciembre de 2019. Es verdad que lo habíamos hablado ya y teníamos ganas de casarnos, pero vivíamos por trabajo en diferentes ciudades y queríamos esperar a poder estar juntos. Para mí fue una sorpresa, apenas hacía dos semanas que Edu había encontrado trabajo en Sevilla, pero tenía el anillo comprado desde antes de saberlo. Así que al día siguiente de mi «sí» ya nos pusimos a buscar fecha.
Nos apetecía otoño, pero yo tenía mucho trabajo para entonces y celebrar la boda en 2021 nos parecía muy lejos. Así que pensamos en lo que nos gusta la Navidad a los dos y ya te puedes imaginar el resto. Los padres de Edu y su hermana se casaron en diciembre, así que no íbamos a romper la tradición. De casualidad vimos que un sábado de diciembre era 12… ¿12 del 12?… ¡Nos encantó!
En pocos días teníamos cerrada la Iglesia, ya que siempre hablamos que sería en mi pueblo, en una pequeña ermita donde casi me he criado porque mis padres están muy unidos a la hermandad. También el lugar de la celebración, una hacienda sevillana preciosa donde dar el aperitivo en un gran patio con naranjos y un almuerzo cubierto y calentitos nos parecía genial, con mucha iluminación y música navideña. La lista de invitados iba en torno a 250-270 personas entre familia muy allegada y muchos buenos amigos.
Nos pusimos a contactar con los proveedores más importantes, ya que solo con la hacienda nos dimos cuenta de que ya había poca disponibilidad. No me extrañaba, el 2020 era un número muy bonito. Así que en enero ya teníamos casi todo, a falta de la decoración y poco más. Quedaba mucho tiempo, pero entre la nueva casa y el trabajo preveíamos un año muy completito.
- ¿QUÉ FUE LO PRIMERO QUE PENSASTE CUANDO SE DECLARÓ EL ESTADO DE ALARMA EN RELACIÓN A LA BODA? ES DECIR, ¿EN ESE MOMENTO IMAGINASTE QUE OS PODRÍA AFECTAR LA SITUACIÓN A PESAR DE LOS MESES QUE FALTABAN PARA VUESTRA FECHA?
Conocíamos a dos parejas que se casaban ese día y que pocas horas antes de la boda tuvieron que cancelarla. Se nos estremeció todo el cuerpo, ya que estábamos inmersos en nuestros preparativos y no podía imaginar cómo se sintieron ellos. Sin embargo, durante los meses de marzo y abril nunca temimos por nuestra fecha, «queda mucho tiempo» decíamos siempre. Incluso algunos proveedores nos dijeron que diciembre se estaba llenando de bodas por todos los aplazamientos. Durante el confinamiento incluso reservamos a un par de proveedores que teníamos pendientes por miedo a quedarnos sin ellos.
En mayo ya empezaron a aplazarse bodas de verano de algunas parejas que conocemos. Yo pienso que lo hicieron por la incertidumbre tan grande que estábamos viviendo, ya que finalmente se celebraron muchas bodas entonces, aunque con restricciones, pero más o menos «normales». Recuerdo que a finales de mayo Edu me llegó a decir de cambiarlo todo a agosto. Él daba por sentado que sería el mejor mes de 2020 para una boda, ya que veía venir una segunda ola en otoño. Yo le dije que estaba loco jajaja.
Ya en verano sí que oíamos algunos comentarios de personas (no allegadas) que afirmaban que ir a una boda sería estar loco o de ser muy egoísta por parte de los novios. También sé por otras parejas que amigos muy íntimos se negaban a ir a su boda. La decisión de cada persona es respetable y más en esta situación, pero por desgracia la gente del entorno que decía estas cosas era a las que más veías luego de fiesta o con muchos amigos reunidos.
- ¿EN ALGÚN MOMENTO DURANTE EL CONFINAMIENTO DURO (MARZO – MAYO) QUISISTE DEJAR DE LADO LOS PREPARATIVOS DEL DÍA BE?, ¿CÓMO TE ORGANIZASTE RESPECTO A ELLO?
Nunca dejamos los preparativos de lado. Edu teletrabaja muchas horas, pero yo estando en ERTE me aburría mucho, y comencé a diseñar toda la papelería, a poner nombre a las mesas, a hacer el seating, el timing del día Be… No usamos nada, pero me ayudó a matar el tiempo jeje.
Por supuesto hubo algunos días de altibajos, pero el pensar en nuestro día soñado nos hacía mantener la ilusión y sentirnos fuertes.
Emociones
- ¿CUÁL FUE LA RESPUESTA QUE ENCONTRASTE POR PARTE DE TUS PROVEEDORES?
No me cansaré nunca de darle las gracias a todos y cada uno de ellos. Creo que elegir a un proveedor para tu boda no solo depende del presupuesto y animo a todos los futuros novios a que se sienten con ellos, tomen un café o simplemente hagan una videollamada, se conozcan y hablen de su boda y de lo que quieren y no quieren para su Gran Día.
Durante el confinamiento no quise preguntar a ninguno sobre cómo veían la situación, ya que consideré que bastante trabajo tendrían con todos los aplazamientos que vinieron de golpe. Pero sí les escribí para darles ánimos a cada uno de ellos.
El fotógrafo, el videógrafo, el diseñador de mi vestido, el florista que hizo mi ramo… Todos agradecieron las palabras de aliento. Incluso nuestros DJs, que en noviembre sabiendo que no iba a haber celebración y que no íbamos a poder contar con ellos de momento, cada semana nos enviaban las últimas noticias del BOJA y nos animaban con los preparativos.
- ¿Y CON EL QUE YA ES TU MARIDO?, ¿CUÁL FUE SU REACCIÓN?, ¿SENTISTE QUE EN ALGÚN MOMENTO UNO TUVO QUE TIRAR DEL OTRO A CAUSA DE LOS ÁNIMOS Y EL CONTEXTO?
Sí, él tiró de mí siempre. Al estar más implicada con los preparativos por tener más tiempo libre me veía a veces demasiado emocionada y tenía que frenarme (¡menos mal!). O a veces había días malos, en los que solo quería llorar y él me animaba y me hacía ver que lo más importante era tenernos el uno al otro y que el resto era secundario.
A Edu le encanta una fiesta, desde que lo conozco siempre ha dicho que cuando se casara iba a hacer una boda gitana de tres días. Tanto es así que contratamos a dos grupos de música y hablamos con el cáterin de que la barra libre sería de siete horas ampliables. Sus primos siempre decían que querían que nos casáramos porque sabían que la fiesta iba a ser memorable.
- ¿EN QUÉ MOMENTO LA CERTEZA DESPLAZÓ A LA INCERTIDUMBRE A UN SEGUNDO PLANO?
Nunca he sentido certeza por nada, la verdad, la incertidumbre ha formado parte de 10 de los 12 meses de preparativos.
Personalmente, yo que me dedico a la organización, esta situación ha cambiado mi forma de ver las cosas dando un giro a mi vida de 180º. El no poder planificarlo todo me crea estrés… Estrés que aún sigo trabajando en controlar, algo que unido a una novia en plenos preparativos es una bomba. Imagínate lo que ha sido vivir conmigo estos últimos meses, ¡una locura!
- ¿HASTA CUÁNDO NO SUPISTEIS SI PODRÍAIS CELEBRAR LA BODA FINALMENTE?
La organización de la boda la hemos cambiado varias veces. Durante el verano hicimos una nueva lista de invitados más reducida y nueva reorganización de mesas. En septiembre hicimos una compra de 150 mascarillas navideñas, bolas para meter las chucherías y que nadie «tocase» nada, nueva animación para la barra libre… En octubre ya hicimos una nueva lista con 100 invitados y otra con 50, con sus respectivos y diferentes presupuestos.
Contactamos a todos nuestros invitados, que sabemos que a veces no preguntaban por no molestar, y les confirmamos que si finalmente no era posible hacer una pequeña celebración, al menos haríamos la ceremonia religiosa y esperábamos contar con ellos. Todos, sin fallar ni uno solo, nos dieron palabras de aliento y nos apoyaron en nuestra decisión.
Sin embargo, a finales de octubre teníamos la segunda ola encima apenas sin darnos cuenta, y de no conocer a nadie que hubiese pasado el virus pasamos a tener a mucha parte de nuestra familia cercana en cuarentena.
Paramos todo y por primera vez lo último que nos apetecía era pensar en la boda… Justo a un mes y medio. Por primera vez también algunos proveedores veían con incertidumbre nuestra fecha y no obstante seguían ofreciéndonos su apoyo.
A finales de noviembre empezamos a ver un poco la luz. Nuestra familia se recuperaba y las restricciones parecían tener fin. Todo el mundo comenzó a decirnos que estaban preparando sus mejores galas para acompañarnos a la iglesia… ¡la única que no tenía vestido era yo! Llevaba varios días evitando hablar con el diseñador por miedo a que mi vestido se quedase colgado en una percha.
Finalmente fui a hablar con él, con la idea de hacer algo sencillo, nada de lo que habíamos hablado. Pero él enseguida me quitó la idea de la mente. Me dijo que, aunque no lo celebrásemos de momento, ese iba a ser el día de nuestra boda y tenía que vestirme de novia, como siempre soñé. Con la boca «pequeña» le dije que llevaba razón y el día 2 de diciembre, a diez días de la boda, me hizo la primera prueba. Luego solo tuve dos más y en la última fue para llevarlo a casa.
Entonces comenzaron las «prisas»: lo había parado todo por miedo y ahora temía no llegar a tiempo. Al final decidimos poner en marcha las invitaciones para que nuestra familia y amigos más allegados las tuvieran de recuerdo. El día 8 las recogimos por la mañana y por la tarde nos pusimos a repartirlas en coche y con mascarilla, ya que estábamos guardando nuestra propia cuarentena antes de la boda.
Contratamos a una empresa para transmitir la boda en directo. Había mucha familia y amigos que no podrían venir. Todos se pusieron muy contentos y nos animaron muchísimo.
El día 9 teníamos el ensayo con el cura, habíamos preparado la misa solo por Whatsapp. Llegando a la Iglesia la hermana de Edu, que vive en Madrid, nos confirma que no puede venir porque sigue siendo positiva después de un mes… Edu se derrumbó por primera vez en todo este tiempo, me tocaba a mí animarlo y no sabía cómo. Estuvimos 24 horas continuando con los preparativos para el día 12 y a la vez tanteando un plan Be para aplazar una semana o dos sin decirle nada a nadie. No sé de dónde sacamos las fuerzas para esto ahora que lo pienso.
Finalmente, el jueves por la tarde, a menos de 48 horas para la boda, anuncian que levantan las restricciones de movilidad justo para nuestro día. El móvil no dejaba de sonar, todos nuestros amigos vendrían finalmente a la Iglesia. Eso nos hizo ver un poco de luz, y continuamos a pesar de que faltaran personas muy importantes en nuestro día.
Así que, contestando a tu pregunta, creo que supe que se iba a poder celebrar la boda el viernes por la tarde, cuando llegué a la Iglesia a ver cómo iban los preparativos y todo estaba perfecto. ¿Qué te parece?
La toma de decisiones, ¿y ahora qué?
- ¿QUÉ RESTRICCIONES OS AFECTARON LLEGADO EL MOMENTO?
Pues a las 00:00 horas del día 12, el día de nuestra boda, levantaron las restricciones de movilidad que llevaban vigentes más de un mes. Por suerte lo anunciaron 2 días antes y muchos invitados se pudieron organizar para acompañarnos en la iglesia.
Estábamos en nivel 4, así que organizamos una pequeña comida con padres y tíos, sin poder superar las 30 personas. Pero aquella mañana, esperando que llegase el peluquero, anunciaron en el BOJA que pasábamos a nivel 3, por lo que podíamos ser 50 personas en interior, así que mientras me peinaban yo hablaba con el cáterin para que montaran dos mesas más, cortaran más jamón e invitar a algunos primos. Finalmente fuimos 37 en un salón donde cabían hasta 150. Todos sentados con sus convivientes y con gran separación entre mesas. Todos agradecieron estar tan seguros y vivimos una gran comida familiar navideña, algo que sabíamos que no íbamos a poder tener ese año.
A las 18h tuvimos que terminar la «fiesta» y nos dirigimos al Hotel Torre Sevilla para pasar nuestra noche de bodas como regalo de unas amigas.
- ¿QUÉ OS LLEVÓ A SEGUIR ADELANTE A PESAR DE LAS MEDIDAS? ES DECIR, ¿QUÉ MARCÓ LA DIFERENCIA ENTRE EL «SÍ» Y EL «NO»?
Como he comentado, Edu siempre fue el que me empujó a seguir adelante, a llegar hasta el final o donde nos dejasen. Si por mí hubiera sido en septiembre habría anunciado que celebrábamos la boda en 2021. Estaba muy cansada de la incertidumbre.
Luego el virus nos dio un golpe de realidad: mi abuela estuvo varios días ingresada. Por suerte, los medicamentos hicieron efecto y se recuperó… ¡a sus 89 años!
Nos dimos cuenta de que el virus iba a estar con nosotros un tiempo y que si lo cogía algún familiar y no tenía tanta suerte como mi abuela no iba a poder estar en nuestra boda si la aplazábamos. Había que hacerlo entonces porque mañana nadie nos asegura nada.
Fue la mejor decisión que hemos tomado nunca. Mi abuela llegó a casa el día de la boda cuando me estaba arreglando y me dijo: «¡por fin hemos llegado!» jajaja.
- ¿CÓMO SE TOMARON VUESTRA DECISIÓN LOS INVITADOS QUE NO PUDIERON ASISTIR FINALMENTE A LA BODA DEBIDO A LAS RESTRICCIONES?
Todos, todos, todos nos apoyaron en nuestra decisión y nos decían bonitas palabras llenas de cariño. Cuando supieron que iban a poder seguir la celebración en directo cada cual montó su fiesta en casa.
Cuando el día de la boda cogí el móvil como a las 18h no sabía ni quién lo tenía. Había más de 300 mensajes y todos eran capturas de pantalla del directo, caras llenas de emoción y muchas, muchas palabras de amor. Estaremos siempre tan agradecidos, es un gran regalo rodearse de tanta gente bonita.
- ¿CÓMO OS SENTISTEIS CUANDO LLEGÓ EL MOMENTO?, ¿ESTÁIS CONTENTOS CON LA DECISIÓN QUE TOMASTEIS?
Consejos para celebrar una boda en 2021
- ¿QUÉ LE DIRÍAS A ESAS NOVIAS QUE NO SABEN SI CELEBRAR SU BODA DEBIDO A LAS POSIBLES RESTRICCIONES QUE LES AFECTEN CUANDO LLEGUE SU DÍA BE?
Les diría primero y ante todo que se paren, miren a su alrededor y vean qué les hace feliz. Seguro que en estos momentos serán sus parejas; pues ese es el único motivo para celebrar una boda, el amor. Sin amor, no tiene sentido nada, no tendremos fuerzas para seguir adelante. Que hablen y se apoyen mutuamente, sin duda es lo más importante en este tiempo que nos ha tocado vivir.
Por supuesto, habrá días malos pero, ¿qué novia en condiciones normales no ha tenido días malos? Esta situación solo es diferente, no más mala. Eliminad pensamientos negativos de la mente porque ya tenemos bastante con organizar una boda con incertidumbre y restricciones.
Si el día de la boda hay restricciones, quizás os tocará reorganizar un poco la celebración, pero si podéis permitíroslo, contratad apoyo profesional, una wedding planner o alguien como Cristina, que os ayude y os apoye en el camino, nos hace mucha falta.
Si por otro lado los nervios y el estrés os causan problemas mayores o de salud, por favor ahora sí es el momento de parar totalmente. Id al juzgado y firmad, o solo a la iglesia con vuestros testigos, porque un virus no puede parar nuestras vidas, tenemos que seguir con nuestros sueños y objetivos que llevamos planeando tanto tiempo. La fiesta se hará, estoy segura, antes o después, y todo el mundo lo entenderá y os apoyará en vuestra decisión.
- Y POR ÚLTIMO… ¿ALGUNO DE CARA A CÓMO DEBEN VIVIR ESE DÍA?
Con más restricciones o menos, si estáis celebrando vuestra boda por fin, intentad dejar los nervios a un lado, ya que es importante que no perdáis ni un detalle de ese día porque pasa volando.
Recuerda ver la cara de tus mejores amigas cuando te vean por fin vestida de novia, recuerda abrazar y decir te quiero a tu pareja cuando os encontréis por primera vez antes de la ceremonia.
Olvida si ese no es el peinado o el maquillaje que soñaste, olvida si las flores no van a juego con el mantel. Disfruta de cada momento porque te puedo asegurar de que es inolvidable.
Pensamientos tras la entrevista
Tener referentes nos ayuda a tomar decisiones y estoy segura de que la experiencia que ha relatado Anais le va a resultar de ayuda a las parejas que se han planteado celebrar su boda en 2021.
Obviamente a menos que la situación cambie de la noche a la mañana, de momento no vamos a tener certeza sobre lo que nos permitirán hacer de aquí a otoño, por ejemplo, pero igualmente creo algo muy importante es lo que Anais señala: no podemos parar nuestras vidas debido a esto. Tendremos que adaptarnos para todo, está claro, pero no podemos entrar en bucle, porque ahí es cuando verdaderamente comenzarían los problemas.
Otra de las cosas que ella señala y que yo no me canso de repetir es que, llegues donde llegues con los preparativos de tu boda, disfrutes de todos y cada uno de ellos. El día Be pasa volando y si no le sacas provecho a todo lo que gira en torno a ello no vas a vivir esta experiencia como deberías.
Por supuesto, has de confiar en los proveedores que están a cargo de tu día, ya que de otro modo carece sentido el haberlos contratado. Si de verdad son buenos profesionales estarán ahí para ti a pesar de los problemas que puedan surgir. La comunicación y la confianza son fundamentales.
Y por último, celebres tu boda en 2021 o cuando sea, no pierdas el foco de lo que está detrás de todo ello y de la importancia que tiene a cada cosa de modo que no pierdas nada por el camino.
PROVEEDORES
- Fotos: Alberto Ramírez Studio (@albertoramitezstudio)
- Ramo: La Florería (@lafloreriahuelva)
- Vestido de Anais: José Luis Zambonino (@jluzambonino)
- Corona: Marucca (@marucca.es)
- Chaqué de Edu: Derby 1951(@derby1951)
2 comentarios en «Celebrar una boda en 2021 sin perder la cabeza»